lunes, 28 de agosto de 2017

El menos malo




            Este artículo en cierta forma continúa y se complementa con los anteriores sobre las PASO. Ya se habrá notado que no apoyo la polarización alentada por los medios cómplices y los periodistas gritones. Y no solo por ser votante de un partido chico. Creo que en una elección legislativa debería votarse por ideas, es decir, votar a aquel partido o candidato que tenga las ideas que más se aproximen a las propias.
            Pero claro, ya se va instalando el discurso del menos malo otra vez. Los adalides de los dos principales partidos intentan convencernos (básicamente) que votar a Massa, Randazzo o Lousteau es una boludez. Y ni hablemos de los votos inútiles de la izquierda…

            En Provincia, por ejemplo, la única cuestión parece ser quién se va a llevar los dos senadores, y cualquiera que piense su voto y decida votar a otro (a Massa digamos) es un idiota que no comprende el momento político.

            Bueno, todo ese argumento, el menosmalismo (que palabra fea) me tiene las esferas por el piso. Todavía hay ofendidos porque en el 2015 los trotskistas no votaron a Scioli en el balotaje.
           El argumento menosmalista a mí me parece, además de tonto en sí mismo, irrespetuoso de las ideas políticas del otro. De todos modos, trato de justificar mis dichos, cosa que en la política del eslogan y la chicana no suele suceder.
            Es tonto en sí mismo porque lo que propone es, bajo un supuesto pragmatismo o agitando un miedo (Menem, Cris, Macri (gato), el ajuste, la convertibilidad)… tragarnos un sapo. Ya lo hizo Carrió en 2003 cuando llamó a votar a Néstor para que no gane Menem, y de nuevo en 2015 cuando se juntó con Macri (gato) para que no gane Scioli (nota mental: sospechar fuertemente de cualquier declaración de Carrió). Así que los menosmalistas en principio, se tienen que tragar el sapo.
            Y este elemento tonto en sí mismo del menosmalismo va asociado al poco respeto por las ideas del otro si este otro se niega a tragarse el sapo.
           
            Veamos un posible reproche (en este caso reproche K) que escuché y me hicieron cientos de veces.
-         ¡Qué barbaridad, por culpa de la izquierda ahora nos tenemos que aguantar a Macri! …
-          Decime la verdad, si pudieras volver el tiempo atrás ¿no votarías a Scioli en el balotaje en lugar de votar en blanco?

Visto así, la culpa de los ajustes, la inflación y el tarifazo la tienen Altamira, Zamora y Pitrola. Ahora, si esta es la conclusión yo empezaría a sospechar un poco de las premisas. Se me ocurre que Altamira, Zamora y Pitrola, por más que me simpaticen, no tienen tanto poder y no son responsables del ajuste por no haber llamado a votar a Scioli. Un argumento tan retorcido es una chicana y una falta de respeto a la inteligencia del que escucha. Así que les digo a mis amigos (K o garcas), que si quieren convencer a alguien para cambiar su voto, utilicen menos este tipo de argumento. A menos que no intenten convencer al votante, sino engañarlo momentáneamente (ahí el menosmalismo resulta un poco más). Porque el menosmalismo es ante todo un engaño.
El kirchnerismo construye su derrota en 2015 por el espantoso segundo gobierno de Cristina, con desaciertos económicos, corrupción, soberbia y grieta. Con escaso apoyo a su candidato Scioli además. Era difícil, pero encontraron la forma de perder con Macri (gato). De hecho hoy Cristina es la reina-diosa del 35 % de la provincia de Buenos Aires, pero está en serios problemas si pretende conseguir un 5% más. Así que no es culpa de la izquierda.
En cuanto a la pregunta, la respuesta es no. Por empezar, yo mucho de universos paralelos no se, y realmente no estoy seguro de qué hubiera pasado con Scioli… los partidos de izquierda tienen que luchar contra Macri (gato) y también hubieran tenido que luchar contra Scioli. Cualquier especulación es al pedo, lo que hay hoy es Macri (gato), contra ese hay que luchar y lo demás es ciencia-ficción.
Tratemos de poner al menosmalismo en su forma positiva. Esto es, hay partidos afines. Si Ramal no llega, puedo votar a Zamora… o a Bodart… pero hasta ahí llega mi flexibilidad, no hay forma de que termine votando a Lousteau. O a Scioli en 2015. La izquierda sostiene la lucha de clases. Es poco probable que votantes de izquierda apoyen candidatos burgueses (garcas) como Scioli. Ni Néstor, ni Cristina ni Scioli son de izquierda. Ni de centroizquierda. En el mejor de los casos son nacionales, populares, pero de centro (si es que estas categorías sirven de algo).



Así que si quieren elijan el menos malo. Pero con límites. No dejen que insulten su inteligencia y no se traguen sapos. Si los K sacan dos senadores no pasa nada, y si los sacan los garcas tampoco. El problema es otro, es intrínseco al sistema, así que mientras no nos organicemos un poco más y dependamos solo de las elecciones estamos fregados…

En conclusión, no hay que dejarse engañar por los pseudo-periodistas gritones. Hay que pensar y elegir (racionalmente e informadamente, ya escribí sobre esto). Y no traicionarse a uno mismo. Que es una de las peores traiciones posibles.

Es todo.

PD: escribo esta nota en el barrio de Versailles y me pregunto dónde estará Santiago Maldonado.





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